8 feb 2009

VENTURA CAMACHO, de barcelona-siempre sonriente

Diferenciábamos abiertamente
entre autonomía moral e intelectual.
Fingíamos saber lo que decíamos.
Éramos grandes fingidores sin verdades propias
que llevarnos al discurso.
Hasta que llegaste tú,con la docilidad con la que se posan el tiempo
y el polvo sobre las cosas,
centrifugando la inutilidad de las verdades que importan,
cuestionando nuestro poder visionario,
y desmitificando nuestra tan henchida cosmovisión.
Nos llevabas, en un proceso lento y natural,
hacia un minimalismo más desenfadado,
hacia el mundo de las pequeñas cosas
que nos sobreviven sin preguntarse quién las vive.

Con sólo un gesto
la lógica del tiempo
se imponía como un trapo
sobre la soledad del polvo.




Con los astros alineados
no nos quedó más remedio
que mirar la vida
a través de una radiografía.
Es curioso que lo que una vez
evidenció una enfermedad
proteja ahora
nuestra nueva manera
de vivir un diagnóstico

2 comentarios:

  1. Guau! Será posible que no hubiese leído nada de Ventura todavía? No tengo perdón divino... Gracias por arrojar versos sin fondo.
    Un besico!

    ResponderEliminar
  2. No había visto estoooo....

    gracias!

    ResponderEliminar