15 abr 2015

INCLUIDA EN UNA ANTOLOGÍA MUY ESPECIAL: CUERP@S

CUERP@S           Una antología a piel de eros



Más de una veintena de poetas se enfrentan a la erótica del cuerpo, algunos de ellos lo hicieron a lo largo de su obra y otros han aceptado el reto a modo de viaje experiencial. El tacto de los versos se desliza por los espacios del deseo, de la emoción, de la memoria y del instinto. El cuerpo sin género ni número, con sexo o simplemente como ensoñación, aquella que llena el hueco del ansia que se persigue, como el nadador, que a cada brazada busca ese cuerpo de agua que desaloja. “La carne tan valiente y fugitiva”, dice Felipe Benítez Reyes, esa carne que se escapa todos los días como un puñado de arena entre las manos. 
Las ilustraciones de Susana Román trufan los poemas para transformarlos en una imagen limpia, en un aire de hombres y mujeres que quieren abrir esa rendija de lo oculto, en personajes que vacilan entre pubis y falos, como niños que juegan en el sueño de esos cuerpos. Estos son los poetas que se han dejado la piel en CUERP@S

Felipe Benítez Reyes, José Manuel Caballero Bonald, Begoña Callejón, Carmen Camacho, Yolanda Castaño, Olalla Castro, Luis Alberto de Cuenca, Luis Antonio de Villena, Silvia Gallego, Berta García Faet, Rafael Guillén, Erika Martínez, Elena Medel, Ana Merino, Luna Miguel, Andrés Neuman, Raúl Quinto, Guillermina Royo-Villanova, Pura Salceda, Sara Toro, Daniel Vázquez Barrios y Manuel Vilas.

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*Una entrevista sobre la editorial

5 abr 2015

LECTURA DE NUEVOS POEMAS EN EL CICLO DEL "GADIR"


*Aunque con casi un mes de retraso os traigo aquí las palabras de Jesús Arroyo el poeta y amigo que me invitó al ciclo de poesía "No es bueno repetir lo que está dicho" en el café Gadir. 

Silvia Gallego nace en el mismo lugar en el que falleció Fernando el Católico, Madrigalejo, localidad cacereña donde sus gentes y visitantes se endulzan con escaldaillo, siempre que sean bañados en aguardiente.

Gemela de la movida extremeñeño-madrileña, ya que nace en ese año en que Madrid comienza a nutrirse de libre cultura, de cantautores dispuestos a dejarse la voz (y algunos la vida) por los bares del barrio de Maravillas (desde entonces Malasaña) y de poetas que pisan Lavapiés en busca de un micrófono que grite sus versos o de una editorial que les incorpore a su catálogo.