17 may 2020

ESE MISTERIO


CEREMONIA

Me asomo a la sima de tu cuna
en el arrullo de tu tantán.

Atado a mis costuras
emerges esta noche:
otra piel en mi piel,
hermoso ritual heredado.

Fuiste luciérnaga en mi vientre
           cometa en mi pelvis
           burbuja en mi útero.

Escuchaste mi voz
como diente de león.

Fuiste quimera,
                         mundo adentro.




SEMILLA DE LUZ


Mi cuerpo fue verano
en un vientre de amapolas,
en un marzo trasnochado.

Arrellanada en mis miedos
brotaban de mi relieve
sal y caricias,
calma de siesta
rumor que avasalla.

Surgió una voz que ruge,
que nutre y enajena.
Tendí al sol
los “cómos” y los “cuándos”
para que se perdieran.

Abrí mis compuertas
y gritó el cosmos
una verdad de lejos.

Mi ombligo saltón
quiso ser equilibrista
y perder la línea de rotación.

Sobre las palmas
de mis manos
un remolino en Do mayor.

Abracé la grieta
entre dos mundos,
que habían sido uno.

Mi cuerpo
metáfora,
nido,
refugio.


11 may 2020

INICIATIVA Performance: POESÍA EN ESPIRAL, en 4 ediciones (I)










SEGUNDA ANTOLOGÍA GRANAÍNA (ABRIL 2008)






PRIMERA ANTOLOGÍA GRANAÍNA, allá por junio 2008




RECUERDO DE UNA BELLA ANTOLOGÍA EN LA QUE PARTICIPÉ



Aunque haya pasado tiempo, quiero recordar una bellísima antología en la que participé. Muy agradecida al periodista y escritor Juan Luis Tapia por incluirme. Fantásticos los participantes y las ilustraciones. En el periódico "El independiente" de Granada se comentó esta obra, podéis leerla AQUÍ(la adjunto también) 


Lápices de Luna / El tacón Rojo presenta ‘Cuerp@s’, la antología dedicada a la erótica donde se hacen cuerpo estos poetas: Felipe Benítez Reyes, José Manuel Caballero Bonald, Begoña Callejón, Carmen Camacho, Yolanda Castaño, Olalla Castro, Luis Alberto de Cuenca, Luis Antonio de Villena, Silvia Gallego, Berta García Faet, Rafael Guillén, Erika Martínez, Elena Medel, Ana Merino, Luna Miguel, Andrés Neuman, Raúl Quinto, Guillermina Royo-Villanova, Pura Salceda, Sara Toro, Daniel Vázquez Barros y Manuel Vilas. 
Todos ellos se enfrentan a la erótica del cuerpo, algunos de ellos lo hicieron a lo largo de su obra y otros han aceptado el reto a modo de viaje experiencial. El tacto de los versos se desliza por los espacios del deseo, de la emoción, de la memoria y del instinto. El cuerpo sin género ni  número, con sexo o simplemente como ensoñación, aquella que llena el hueco del ansia que se persigue, como el nadador, que a cada brazada busca ese cuerpo de agua que desaloja. “La carne tan valiente y fugitiva”, dice Felipe Benítez Reyes, esa carne que se escapa todos los días como un puñado de arena entre las manos. Las ilustraciones de Susana Román trufan los poemas para transformarlos en una imagen limpia, en un aire de hombres y mujeres que quieren abrir esa rendija de lo oculto, en personajes que vacilan entre pubis y falos, como niños que juegan en el sueño de esos cuerpos.
“La intención ha sido hacer un buen Cuerp@, para acariciarlo, leerlo a fuego lento, y que sobre todo quede algo en el poso de la mente, una emoción, un verso, una cita, el descubrimiento de un poeta, de un estilo o de simplemente las imágenes de algunos de estos poemas”, señala en el prólogo el antólogo Juan Luis Tapia. 
“Plantear una antología sobre el cuerpo, la piel, nuestra última frontera o la frontera real entre nuestros seres y todo lo demás es como intentar coleccionar mapas sentimentales del tacto o de la ansiedad perseguida de otros”, comenta el antólogo y director de Lápices de luna. Las propuestas no se han cerrado a esa connotación erótica del cuerpo como territorio del sexo, objeto de caricias y mapa continuo donde hallar los secretos del otro, sino que se abren a espacios donde ansiar y perseguir la necesidad del cuerpo. “No hay nada más erótico que el cuerpo que se desea, que ese trozo de piel prohibido que se imagina o que incluso la carnalidad de la misma vida. El eterno debate de la carnalidad y la espiritualidad, de una elevación desde esos segundos de clímax placentero producido por los cuerpos hasta el más alto de los estados e ingravidez, ese que incluso nos deja oler cómo sería la muerte, la ausencia total de los sentidos”, afirma Tapia. “He querido huir del topicazo de ese erotismo de baratillo mediático, tan manido y lleno de corsés, de exclusivas miradas del fauno masculino, de vulgares recreaciones cabareteras o de aquellos burdeles de raso con olor a moho y orín”, añade el editor. “Hay una constante, a pesar de las diferencias generacionales y estilísticas de los antologados, no se encuentra nada de ese erotismo de tuppersex convertido en mercancía pasajera, en instrumento para esconder los tabúes, de risa avergonzada y mojigata, porque aquí hay Cuerp@s emocionales”, destaca Juan Luis Tapia.
“Se les pidió a los autores seleccionados unos poemas que hablaran del cuerpo como erótica, deseo, sexualidad e incluso maternidad, por qué no. No hay nada más carnal y emocional que un cuerpo que crea otro, que genera vida, y también este se encuentra en esta antología”, comenta el antólogo sobre el proceso de construcción de ‘Cuerp@s’.
Uno de los principios de Lápices de luna, editorial que codirige Juan Luis Tapia con Blimunda Salas, se refiere a la apuesta por nombres emergentes, “el situar a autores muy consagrados en el panorama literario junto a otros que no por estar poco visibles son menos importantes y a aquellos que pertenecen a esa categoría de nuevas literaturas”. “Pero fundamentalmente -añade- lo que se pretende es un libro para sentir, para recuperar la esencia de la poesía, que es emocionar, encontrar ese poema que acompañe al lector, que se le quede a flor de piel”.
El uso de la arroba, el ‘Cuerp@s’, “quiere matizar ese concepto asexuado del cuerpo, la transcendencia del término para dotarlo de un significado más amplio y abierto que no se circunscribe a su primera acepción y a aquella que se refiere al cuerpo en su sentido troncal, porque también hay cuerpo en su misma búsqueda, en la necesidad de crearlo y de sentirlo”, concluye el antólogo.

5 may 2020

RESEÑO a JOSÉ ANTONIO MESA TORÉ y su "Exceso de buen tiempo"



Publiqué esta reseña en la revista "QUIMERA" en junio de 2018AQUÍ aparece en el índice. 

            "Ah, nuestra vida: / ese día de sol/ en el que llueve". Este haiku es la puerta de entrada y aporta las claves para adentrarnos en la lectura de este libro que se plantea como diario. La primera parte, "Primavera tardía", narra la historia de un amor acabado y otro que se perfila. La parte central, "Libro de familia", se centra en el proceso de adopción de su hija en Rusia "este país en brazos de la música, en brazos de los versos/ y la calamidad". Incluye "Aburrimientos" que denomina "haikus domésticos"; por ejemplo: "Uñas moradas. / El frío del otoño/ huele a lavanda" o el que hace alusión a su anterior libro, hace 19 años,"La primavera nórdica/ como el amor, es falsa. / Y sin embargo...". La última sección, "Con la Edad de Plata", dialoga con poetas haciendo un homenaje y vuelve a poemas sobre el amor y la poesía.

            El sol adquiere un valor simbólico desde los versos y las citas que abren el libro hasta ser una constante: "los días en que el sol se despertaba/ abrazando tus sueños" o "naturalmente, el sol que no me falte/ si tengo que morirme. Tan sencillo: / desvivirme en la muerte, como todos/ como nadie" o bien "y una palabra suya es sol entre la niebla". Elemento que también acompaña el recibimiento de la hija: "como príncipe victorioso ha vuelto/ el sol, y nos arroja unas monedas de oro/ sobre el alma aterida". Sin embargo, en otra ocasión, el sol se esconde "como un gusano tímido".

            La nieve toma un valor especial cuando alude al país "que alfombrara con nieve tu niñez" o "que sigue planeando sobre la primavera". También se transforma en "las calles nevadas del recuerdo" o bien en "la nieve de sus labios". El nombre ruso de su hija significa como el poema "Nacida de la nieve" y al conocerla "ya no habría más nieve por tus labios, / nunca más en tus ojos hablarían las sombras".

            Por otra parte, se produce un interesante juego de voces: "Tanta felicidad no se merece/ que tú, Mesa Toré, la restituyas/ en lágrimas contadas y fingidas". Un desdoblamiento aparece en "La música que bailan" cuando asegura que fue otro y le recuerda como "un pariente lejano que me llama/ de tarde en tarde a cobro revertido". Dialoga con el "yo" de ayer y se sitúa en un hoy "serenamente vivo, fuera siempre/ de la fiesta que sigue celebrándose/ en un atardecer del paraíso". En esta polifonía se dirige a la amada como "mi fermento" o a la hija como "florecilla" o "tierna brizna de hierba". También a la madre "para que seas tú quien las lleve a su boca".

            El juego de la paradoja se manifiesta en "Mísero Mesa Toré": "en las noches ninguna noche el sol/ brillará para ti, y la primavera/ ninguna primavera reverdece/ si es ya falso el amor que es verdadero". También en "un vago recuerdo del futuro" o "más recuerdos tenemos que memoria". La voz poética pone nombre a esas "paradojas rituales de la vida en común" y el fenómeno ambivalente vuelve a aparecer cuando le indica a su hija que la espuma tan hermosa "es también canto fúnebre" o que "el exceso de belleza linda con el infierno". También en "sellamos una alianza, fundamos un futuro/ hermoso pero incierto".

            En cuanto al título el sujeto lírico alude a " tu copa de buen tiempo" y al exceso de belleza, de deseo, de trabajo. En otro poema "La voz del poeta (Brines)" escribe: "prefiriendo el exceso de buen tiempo/ al mundo de tiniebla que habita en el poema". En este sentido el último poema del libro "Alfiler y mariposa" recoge una reflexión sobre la propia escritura que planea en todo el libro: "Quien clava el alfiler en una mariposa, / ¿atrapa la Belleza o tan solo es el dueño/ de un hermoso cadáver". Concluye:"al apagar la lámpara ningún placer se iguala/ a ver cómo en los dedos fosforece/ -tan frágil y tan breve- el oro virginal de una quimera".

            Se trata de un libro brillante y lúcido, nutrido de vida y literatura, que aporta un sello personal al panorama poético actual.