Mi amiga y compañera de sueños Inmaculada Sánchez Leandro ha escrito sobre mi libro. Reproduce principalmente las palabras de la presentación en Miajadas (un día inolvidable que ocupó mis lágrimas).
Aparecen en SEXTO CONTINENTE un espacio muy especial que os recomiendo, dirigido por Miguel Ángel de Rus (vinculado a RNE)
Llenan hoy este espacio y mi corazón:
Tras haber compartido con la autora miles de aventuras
académicas y profesionales, creo que lo que me une a Silvia Gallego con más
fuerza es el
amor incondicional por las palabras y las Letras.
Hace un par de años, tuve la suerte de leer en un
documento que me envió por correo electrónico algunos de los poemas que hoy ven
la luz en Espía mi bolso. Estoy segura de que este libro
abre una nueva etapa en su vida que auguro larga e intensa. Estoy segura de que
Silvia Gallego comienza a andar un camino, como decía nuestro queridísimo Machado, que
sabrá hacer con pasos firmes. Y estoy segura también de que
permitirnos espiar tu bolso le traerá muy grandes recompensas.
Después del primer vistazo, que me supo a gloria, he
releído sus versos y soy capaz de imaginarlos impresos en los libros de texto,
que ya serán tablets o iPads, en un futuro no muy lejano. Pronto, y ese es mi
deseo, estaremos leyendo su nombre y sus títulos entre los autores de la
literatura extremeña.
Espía mi bolso es Silvia Gallego. El
último poema la autora monologa con el lector, convirtiéndolo en protagonista
de la obra, y nos dice
“Te presté mi bolso
-en un descuido casi-
y entre sugerencias,
jugué a desnudarme
Puse entre tus dedos
sueños, historias, maquillaje
hilos de sonidos que forman
el bolso que soy”.
Espía mi bolso es Silvia Gallego
porque está cargado de símbolos que la identifican. Toda su vida está impresa
en él. Los que la conocemos, reconoceremos en las entretelas de sus versos su
alma y sus pasiones, su profesión, sus miedos, sus deseos y sus amores, su
pasado y su presente. Y los que no la conocen, descubrirán en estas páginas a
una mujer fascinante que cuece por dentro todos los ingredientes de la pasión,
en su sentido más literal.
Espía mi bolso es una invitación a la
lectura más íntima y sensual, como leemos en los versos del poema
titulado “Lápiz de ojos”:
"Femme fatale asegura
placeres lectores
en todo el cuerpo.
Atrévete a imaginarme!.
Espía mi bolso es un libro de amor y
desamor –torbellinos complementarios, irremediablemente-. Ya en el prólogo, Luis Alberto de Cuenca, uno
de esos poetas que ella y yo hemos estudiado en los libros de texto y que nos
han sabido enamorar desde sus versos, dice con gran acierto que “parecía
una proeza inasequible escribir algo sobre el amor que no se hubiese escrito de
antemano”. Pero ella lo ha conseguido,
dice el poeta, “desde la frescura, la pícara ingenuidad, la docta
sencillez de sus poemas”.
Y es que Silvia Gallego ha sabido hacerlo mezclando todos los ingredientes que
tenía a su alcance. Y los que no tenía los ha creado.
La autora lleva en su bolso temas clásicos como el
amor, que es la columna vertebral de la obra, en versos tan viscerales como los
del poema titulado “Toco tu boca, me miras”:
"Me miras cada vez más
cerca,
en el latido nos superponemos,
nuestros ojos respiran confundidos,
se muerden como labios,
juegan con el silencio”.
Junto al amor, el desamor se acomoda en poemas como el que
lleva por título “A pesar del dolor”:
“Dicen algunos
que no supimos vernos ni hablarnos.
Que las luces resonaban
pregonando los últimos saldos
de la felicidad”.
Junto a estos, encontramos dentro de su bolso temas
paralelos como la soledad, la nostalgia, la búsqueda de la identidad o el
tiempo. Lo magistral, y quizá a esto se refiriera el maestro en el prólogo, es
que los trata desde el erotismo, la sensualidad y, me atrevo a decir, la
sexualidad.
Una de las más atrevidas novedades de la obra son las
nuevas tecnologías (NNTT) -acierto virtual que, sin duda, enganchará a los más
jóvenes-. Sirvan como ejemplo de estas novedosas carcasas algunos títulos de
las secciones en que se organiza el libro, como “Emociones en MP8”,
o “Lecturas en el IPAD”. Sirvan también títulos de poemas como “@”, “Pantallas”, “Anuncios
en la prensa digital”, “Whatsapps”.
En cualquiera de los temas que maneja la autora se entrevé
una magistral retórica y un manejo exquisito del léxico, que se convierte entre
su pluma y el papel en una torre de juegos de palabras.
Hay un poema en el que la fusión entre lo clásico y lo
tecnológico se ve con especial claridad:
“Percibo que nuestros sistemas
ya no son operativos.
Mi bucle de obsesiones
te alcanza en gmail.”.
A principios del siglo XX, este poema hubiera sido motivo
suficiente para ubicarla entre los movimientos
de vanguardia más futuristas.
Junto a todos estos cachivaches, Silvia Gallego lleva en este bolso visceral su
formación literaria (es
licenciada en Teoría de la Literatura y Literatura comparada). Y digo esto
porque he
visto en sus versos a Juan Ramón Jiménez, cuando inventa palabras nuevas
como “misterízate conmigo / bolericemos las miradas
/ entimismado / polifundido / enversado / esquizoverso”. Todos
estos neologismos ponen de manifiesto la imposibilidad del lenguaje para
expresar lo que siente el poeta, tanto, que le obliga a inventar un nuevo
lenguaje. He descubierto en sus versos a Machado,
a Cervantes, a Fray Luis, a Salinas, con la eterna dualidad del
tú y del yo, artífices pronombres de esa bendita locura llamada amor. Dices que
“A pie de almohada
tu sinestesia
alitera mis sonidos”.
Su formación lingüística (es Licenciada en Filología
Hispánica y profesora de Lengua y Literatura) y la docencia directa del idioma
están versificadas en este bolso mágico, jugando con las palabras en la
sección “ZIP de letras”. Los juegos magistrales de conceptos y
palabras hablan por sí solos:
“Atrapada
entre mi prefijo
y mi sufijo
busco cambiar las letras.
Soy raíz
sin desinencia”.
Espía mi bolso es, en profundidad, un
sugerente vistazo a la vida de la autora, sus amigos (Julio
Santiago y su Risa bajo el ombligo),
sus raíces
extremeñas en
prefijos adorables, como “puñaíno de Egoísmos”, sus cantautores
cómplices, como Luis
Pastor o Sabina, sus ciudades (Cáceres y la cerveza; la árabe Granada y el té).
Y ella misma está encerrada en un poema exquisito en el
que, los que hemos compartido sus espacios y la conocemos bien, sabemos ver en
sus versos todos los post-it que la acompañan en su vida cotidiana. Cobra
sentido entonces el poema titulado precisamente así, Post-it. Y en
él la vemos, caótica y maravillosa, anotando las anécdotas y vuelcos para que
espiemos su bolso y su alma.
Editorial CUADERNOS DEL LABERINTO •Coleccción
ANAQUEL DE POESÍA, Nº 25
Prólogo: Luis Alberto de Cuenca • Ilustación de cubierta:Mercedes de Bellard
80 páginas • I.S.B.N:978-84-941115-6-3 • 12€
Te felicito, Silvia.
ResponderEliminarAvanzas como un ciclón entre las letras y tienen una fuerza muy genuina tus poemas.
Un abrazo enorme.
Magnífico comentario a tu libro.
ResponderEliminarY muy merecido.
Enhorabuena Silvia y gracias siempre, por tus poemas.